Monumentos
Casas Colgadas
El edificio más emblemático y más conocido de la ciudad. No se sabe con exactitud su origen que, para unos, es musulmán, mientras que para otros es medieval (s.XIV - XV).
Se compone de tres antiguas casas palaciegas con artesonados mudéjares en algunas estancias, techos de vigas labradas y pintadas, celosías góticas esculpidas en escayola, decoraciones renacentistas en algunos arcos y pinturas murales de un gótico tardío en uno de los salones principales. Durante algún tiempo fueron casas consistoriales. Después de un periodo de abandono se restauraron de manera completa en los años 60 del siglo XX. La portada exterior, renacentista, procede de un viejo palacio de Villarejo de la Peñuela y se incorporó al conjunto tras una ampliación de los edificios.
Puente de San Pablo
Edificado en piedra a mediados del siglo XVI, estaba formado por cinco arcos apoyados en pilares, de los que aún quedan en pie algunos restos. Fue construido para comunicar el Convento de San Pablo, de la Orden de Santo Domingo, con la ciudad. El deterioro provocó su demolición a finales del XIX. El actual puente es de hierro. Empezaron sus obras en 1902, proyectadas por el ingeniero de caminos valenciano José María Fuster y Tomás, y erigido por George H. Bartle, cuya fundición, también valenciana, contaba con gran renombre por aquella época, quedando inaugurado el 19 de abril de 1903. Es un ejemplo significativo de la arquitectura del hierro tipo Eiffel propia de la época.
Ronda de Julián Romero
Paseo paralelo a la calle de San Pedro que, por una parte, recibe la fachada trasera de las edificaciones y por otra se abre al impresionante y siempre bellísimo espectáculo de la Hoz del Huécar a traves de sus balconadas y miradores, entrelazados con pequeños pasadizos. Uno de estos pasadizos nos acerca una de las leyendas conquenses más conocidas: "El Cristo del Pasadizo".
Castillo y Arco de Bezudo
Actualmente, poco queda de la antigua muralla árabe, de la que se se conservan algunos fragmentos, dos cubos magníficos y el bello arco de piedra de lo que fue una de las entradas a la ciudad
En cuanto al castillo, no queda practicamente nada de lo que en su día fue una inexpugnable fortaleza cristiana. Su última edificación data de la época de Felipe II, cuyo escudo podemos encontrar en la fachada del actual Archivo Histórico Provincial (antiguo edificio de la Inquisición).
Plaza Mayor
Lugar de encuentro y nudo de comunicaciones entre los diversos recorridos de la parte antigua de la ciudad. La Catedral, el edificio del Ayuntamiento y el Convento de San Pedro dominan el paisaje. De la Plaza Mayor parte la calle Pilares, que nos lleva a la Ermita de las Angustias, la calle de San Pedro y Ronda de Julían de Romero, que llevan al Castillo, la calle Canónigos y Clavel a las Casas Colgadas y el Puente de San Pablo ...
Puerta de San Juan
La iglesia de San Juan fue una de las primeras construidas en Cuenca. Hoy sólo queda en pie la torre conocida como la Torre de San Juan. Un poco más abajo se encuentra una de las siete o nueve puertas de la muralla que rodeaba Cuenca y que permitía la entrada a la ciudad. Existe una leyenda que cuenta que fue por esta puerta por dónde Alfonso VIII conquistó Cuenca.
Cerro de Socorro
Situado en lo alto de la Hoz del Huécar, alberga uno de los monumentos más simbólicos de la ciudad, la estatua del Sagrado Corazón de Jesús. En sus orígenes fue una antigua ermita, de hecho el recorrido que hay desde la ciudad a este emblemático lugar, es un via crucis formado por 14 estaciones. Desde el mirador se puede contemplar unas de las vistas más espectaculares de la ciudad.
Hoces de los rios Júcar y Húecar
Las hoces de los ríos Huécar y Júcar, a su paso por la ciudad de Cuenca, forman dos cañones con una anchura que supera los 1000 metros y un desnivel de más de 200 metros en varias zonas. Los escarpes y la erosión provocada por ambos cursos fluviales han esculpido un paisaje muy espectacular desde el punto de vista geomorfológico. Esto es motivo suficiente para su inclusión en el inventario español de lugares de interés geológico (LIG). En la hoz del río Huécar destaca el papel de las huertas (denominadas “hocinos”) que tradicionalmente constituían la base del abastecimiento de frutas y verduras a la ciudad.